Cada persona es un mundo y si hablamos en términos de sexualidad podemos encontrar gustos y preferencias muy variadas. Y es que en sexualidad no hay nada escrito; existe una amplia variedad de expresiones y palabras para designar prácticas o preferencias sexuales.
Hay personas que se sienten atraídas por personas de su mismo sexo o de distinto sexo, hay quienes no se sienten atraídos sexualmente por nadie; existen personas a las que sólo les atraen otras personas con características físicas muy particulares, por ejemplo con barba, el pelo rubio o moreno, largo o corto, personas altas o bajas, etc. Hay infinidad de posibilidades y todas son válidas. Como bien decimos: para gustos, colores.
¿Qué es la sapiosexualidad?
Una persona “sapiosexual” es aquella persona que se siente atraída sexualmente por personas inteligentes o personas a las que se les presume la inteligencia; más allá de otros factores más comunes como el atractivo físico. La palabra sapiosexual proviene de sapiens, de sabiduría, y sexual, de atracción sexual hacia alguien.
Aunque creamos que la sapiosexualidad pueda ser una moda, ya que el término “sapiosexual” es relativamente reciente, lo cierto es que la atracción sexual por la inteligencia siempre ha existido.
La atracción sexual es un conjunto de factores que pueden ser físicos y/o psicológicos. Nos atrae un conjunto de lo que vemos, percibimos e interpretamos, no una característica única aislada; además es una cuestión personal y subjetiva ya que a cada persona le atrae algo diferente.
¿Quiénes son más sapiosexuales: hombres o mujeres?
Las estadísticas sexológicas en torno a temas de atracción sexual recogen que, en el caso de las mujeres, ante la pregunta “¿Qué valora en la otra persona para que le atraiga?” responden, más habitualmente, que sean inteligentes y tengan temas de conversación interesantes.
Los hombres, sin embargo, ante la misma pregunta, responden más sobre aspectos que hacen referencia al atractivo físico. Esto no quiere decir que los hombres no se sientan atraídos por la inteligencia de la otra persona, no obstante, no es lo primero que suelen responder ante esta pregunta.
Quizá se deba a una cuestión cultural, ya que a las mujeres las han educado para que les atraiga precisamente eso: la inteligencia, personas que sepan conversar y que les hagan sentirse comprendidas. Y a los hombres más bien la apariencia física.
También a nivel cultural el aspecto físico puede ser un factor importante, por ejemplo, en el norte de Europa, hombres y mujeres, tienen características muy diferentes a personas de países asiáticos o de cualquier otra parte del mundo; por tanto, las diferencias en cuanto a atracción física están condicionadas.
Varios estudios a lo largo de los años señalaban que la atracción sexual venía determinada por características, tanto en hombres como en mujeres, en cuanto a la reproducción, es decir, atracción hacia pechos grandes que se pensaban que aseguraban la alimentación de los/as hijos/as, caderas anchas que facilitan el parto y, por tanto, las cualidades de procrear, etc. Así como en el caso de los hombres, espaldas anchas, corpulencia y fuerza sugerían protección para la familia.
Sin embargo, estas características, hoy en día no son las únicas que pueden atraer sexualmente a otras personas. Ya que, por ejemplo, las mujeres con pechos pequeños también son aptas para alimentar a sus hijos/as y la protección de la familia actual puede también recaer en nombres no corpulentos y en mujeres. Además, cabe tener en cuenta que la evolución y el desarrollo de las cualidades mentales en el ser humano han cambiado el sentido de la atracción sexual; es por ello que hablamos de personas sapiosexuales.
¿Podemos reconocer a una persona sapiosexual?
A simple vista no podemos saber si a una persona le atrae sexualmente más el aspecto físico, la inteligencia, la altura, los gustos en común o cualquier otra característica. Hablamos de preferencias sexuales que pueden darse en cualquier persona, sin tener ningún rasgo característico que pueda distinguirla.
Psicológicamente tampoco tienen por qué compartir rasgos en común, ya que es una preferencia sexual, un gusto, centrado en la inteligencia en vez de en otras cuestiones más comunes como el atractivo físico, la simpatía o el sentido del humor.
Recordemos que la atracción sexual es personal y todas las posibilidades son válidas, por tanto, no hay características exclusivas, ni mejores ni peores, para atraer a otras personas.
Si tienes alguna duda sobre estas cuestiones o te gustaría saber más sobre la atracción sexual, puedes ponerte en contactacto con nosotras…