Laura empezó una relación con Raúl, un chico súper majo que desde el principio se desvivía por ella, era muy detallista, le hacía muchos regalos, la agasajaba con las palabras de amor más tiernas y románticas que Laura había oído jamás, hablaban a todas horas y tenían muchísimo en común. A pesar de que le parecía un poco exagerado y rápido, ella pensó que quizás Raúl era un chico muy pasional y que no era raro que al principio de la relación eso se intensificara.
Al poco tiempo, tuvieron un desencuentro en referencia a lo que iban a hacer el fin de semana, ya que Laura tenía dos compromisos con sus amigas para el fin de semana y no iban a poder verse. Raúl se molestó y estuvo días ignorando a Laura. Ya no había mensajes constantes sobre lo mucho que la quería, lo mucho que valía o lo guapa que era. Laura, desesperada por no decepcionar a Raúl, cedió y optó por anular sus planes. Raúl volvió a ser el de siempre…Pero solo por un tiempo.
No es oro todo lo que reluce
El love bombing o bombardeo de amor, es una forma de manipulación psicológica en la que un miembro de la relación da atención y amor de manera desmesurada y abrumadora al otro, para luego retirarlo a modo de castigo si su pareja no actúa como ellos quieren, y así, poder controlarles.
De esta manera, la pareja aprende a esperar el bombardeo de amor, como si de una recompensa se tratase. Así, se utiliza como una manera de chantajear emocionalmente al otro, haciendo que se sienta culpable: “Con lo generosa que ha sido mi pareja, si algo va mal, es por mi culpa. Yo no he hecho ni la mitad por ella”. Este bombardeo se da desde el principio de la relación, de forma abrupta y rápida.
Con el tiempo, esta situación se vuelve cíclica, utilizándose los bombardeos de amor solo cuando se cree que se pierde a la pareja.
Dopados de amor, sí; bombardeo de amor, no.
Aprovechemos para aclarar la diferencia entre el love bombing y la euforia que sentimos en la primera etapa de una relación, en la que influye todo un arsenal de hormonas y neurotransmisores que hacen que podamos actuar de una manera algo desproporcionada.
Entonces, nos preguntamos, ¿cómo distingo entre una fase de enamoramiento sano y un bombardeo de amor?
Pues la realidad, es que no siempre resulta sencillo discernir estas conductas. Principalmente porque desde Hollywood, nos venden que las conductas de bombardeo de amor son lo normal y lo deseable en una relación; por lo que se podría decir que lo esperamos.
En las relaciones sanas, el amor se da en varias fases, por lo que la fase de enamoramiento no es eterna. En el enamoramiento o fase de “luna de miel”, podríamos decir que llevamos puestas unas gafas rosas con las que tendemos a idealizar a la pareja y solo ver lo bueno en ella. En esta fase, solemos ir al unísono con nuestra pareja, por lo que sentimos que somos nosotros quienes marcamos la velocidad a la que vamos.
Sin embargo, en el caso del bombardeo de amor, no es raro que la persona se sienta abrumada por la velocidad e intensidad a la que se producen los gestos de amor. Es normal querer ver o comunicarnos con la persona por quien estamos interesados; sin embargo, si estos gestos resultan abrumantes, puede ser indicador de que se es víctima de love bombing.
La principal diferencia es el objetivo con el que se da esa manifestación desbordada de amor (aunque esta puede darse de manera inconsciente). Este bombardeo se da con el fin de cambiar las actuaciones del otro y así conseguir que se enganche a la relación.
Lo mejor es estar atento a las posibles banderas rojas que podamos ir viendo desde el principio de la relación y no actuar bajo presión del otro.
Perfil narcisista: los expertos bombarderos
El love bombing tiene mucho que ver con los rasgos narcisistas y la baja autoestima.
La expresión desbordada de amor lo que busca es validación. Validación de que se es deseado, amado, valorado, etc.
¿Sabías que el bombardeo de amor se aprecia por primera vez en los años 60 en sectas religiosas? Pues sí, al final el objetivo no es distinto que el de una relación: seducir y propiciar que no quieras abandonar nunca.
Antes de adentrarnos en el perfil narcisista, conviene aclarar que no es lo mismo mostrar rasgos narcisistas que tener un trastorno de la personalidad narcisista.
Algunos de los rasgos más característicos de un perfil narcisista son: falta de empatía, no asunción de responsabilidades, actitud defensiva o victimista ante las críticas, búsqueda de atención y actitud de grandiosidad. Podemos destacar principalmente la necesidad de sentirse importantes y/o especiales.
Es por todo esto que son personas que utilizan a los demás para su propio beneficio y a quienes incluso les agrada controlar a los demás. Sin embargo, no es posible realizar ninguna de estas cosas sin manipular al otro; es por ello que saben venderse muy bien.
De tal modo, veamos cómo establece una relación una persona con un perfil narcisista:
- El o la narcisista empieza la relación precisamente con el bombardeo de amor, con el objetivo de que su pareja lo/la idealice.
Para ello, intentará que su pareja se sienta la persona más especial e importante para él/ella.
Algunos ejemplos que pueden ayudar a identificarlo:
- Comportamiento completamente desproporcionado con respecto a la conexión: por ejemplo, decir “te quiero” tras solo unos días o las insinuaciones de compromiso.
- Intimidad muy rápidamente: actos como presentar a su familia enseguida, querer conocer a la de la pareja, querer iniciar la convivencia, etc. Es común que la persona narcisista tienda a compartir un aspecto negativo de su pasado a fin de victimizarse y crear empatía, provocando que su pareja haga lo mismo y así, obtener información que podrá usar en el futuro.
- Halagos abrumadores: Casi como si estuviese intentando aumentar la autoestima de su pareja, la ponen en un pedestal (y luego la tratan mal). “Eres lo mejor que me ha pasado en la vida”, “no he conocido a nadie tan X como tú”, “no me imagino una vida sin ti”…
- Demasiados regalos. A todas horas y sin motivo aparente. Detalles en cada actividad, quedada o incluso conversación.
- Comunicación y atención constantes: escribir bastantes veces al día, sacar tiempo para quedar con su pareja, etc. A menudo, resultan hasta “asfixiantes”.
- Técnica del espejo: muestra excesiva afinidad a todo lo que le gusta a su pareja. Mismos gustos, mismas aficiones, mismos intereses, mismos objetivos, etc.
2. Después comenzará a demandar más atención. Lo que causará que su pareja, poco a poco vaya limitando cada vez más sus actividades en solitario (aislándose).
3. Es entonces, cuando tiene a su pareja ya “atrapada”, cuando la persona con perfil narcisista empieza a mostrar su verdadera cara y empiezan los problemas. Cada vez que no se sienta el centro de atención o que no se le dé prioridad a sus necesidades empezará la retahíla de conductas de manipulación: reforzamiento intermitente (ahora te hago caso y ahora no, por ejemplo), gaslighting, humillación o triangulación (manipulación de la pareja a través de la relación con una tercera persona), entre otras.
Esta fase está caracterizada por violencia psicológica y emocional con el objetivo de ridiculizar, humillar, ignorar, descalificar, intimidar y chantajear a su pareja.
Solo ante el miedo de perder a su pareja, si se da, se reinstaura el bombardeo de amor.
4. En este tipo de relaciones, el narcisista acaba abandonando a su pareja cuando tiene otra asegurada. No es raro que cometan infidelidades y que tras la ruptura no muestren arrepentimiento ni empatía por su ahora expareja.
Esta retahíla de conductas tiene cómo consecuencia crear dependencia en la pareja, socavar su autoestima, hacerla dudar de su criterio y generar ansiedad, depresión y culpa entre otras.
Discernir a una persona que nos manipula no siempre es fácil.
Si necesitas ayuda y crees que eres o has sido víctima del bombardeo de amor, pide cita.
Júlia Tarancón Estades
Psicóloga Col. No B-3232