¿Eres PAS? ¿Cómo saberlo?
La psicología ha basado sus estudios de personalidad en los factores evaluados en el modelo de los cinco grandes rasgos y en otros modelos derivados de éste. El modelo del “Big Five” analiza la composición de cinco dimensiones de personalidad en su sentido más amplio siendo estos: la apertura a la experiencia, la responsabilidad, la extraversión, la cordialidad o amabilidad y la estabilidad. Pero… ¿sería posible ir más allá y añadir otra dimensión? En este caso, nos referimos a la sensibilidad.
El término PAS fue acuñado y desarrollado por Elaine Aron en los años setenta del siglo pasado donde, basándose en su propia experiencia y tras ponerse en contacto con otras personas que coincidían con ella, llegó a la sorprendente conclusión de que dos de cada diez personas son considerablemente más sensibles que las otras ocho.
Cuando hablamos de personas con Alta Sensibilidad nos referimos a aquellas personas que tienen su sistema nervioso más desarrollado que el de la mayoría de la gente, así pues, diríamos que lo tiene como más alerta, más activo, mucho más fino. Tener un sistema nervioso más fino hace referencia a que existe un mayor desarrollo de la capacidad de percibir, recibir, sentir, analizar, integrar y responder ante los estímulos externos e internos que se nos presentan. La alta sensibilidad no es un trastorno ni una enfermedad. Se trata de una característica del procesamiento sensorial de la persona, un rasgo que se hereda. Los últimos estudios señalan que el hemisferio derecho es más activo siendo una zona relacionada con las emociones, los sentimientos y la creatividad. Dentro de ella, el área frontal y la amígdala están en un estado de alerta superior al de la media.
El perfil de una persona PAS
Entre las características de estas personas se encuentra que son buenos observadores, se fijan incluso en los detalles más sutiles, también se sienten más molestos que el resto ante altos niveles de estimulación, tales como los que causan los ruidos y las aglomeraciones, mostrando fuertes respuestas emocionales; además aproximadamente el 70% son introvertidos.
Cabe indicarse que son muchas las cualidades que hay visibles y latentes en una persona altamente sensible. Por ejemplo, poseen un talento artístico (la música, la arquitectura, la pintura, etc.) vinculado a la creatividad que manifiestan.
En sus relaciones sociales también pueden ser productivos si se lo proponen, ya que las personas altamente sensibles son más conscientes de los pensamientos y emociones de los demás, así tienen más información del lenguaje no verbal de la otra persona y se convierten en más intuitivos, siendo capaces de adivinar aquello que piensa o siente el otro en un momento determinado. Los PAS suelen ser personas consideradas con los demás, debido a su gran empatía, ya que aprenden de forma natural a comprender cómo se siente el otro y desarrollan una manera considerada. Otras cualidades de las personas altamente sensibles es la sintonía con la naturaleza, los animales, la playa o las plantas, así las personas altamente sensibles descubren antes o después que la naturaleza tiene un efecto sobre ellos que les transmite calma y sosiego.
Pilares del rasgo de una persona altamente sensible
Las principales características de la persona altamente sensible, presentes desde el nacimiento y que perduran a lo largo de la existencia del individuo, afectando a su vez a todas las áreas de su vida son las siguientes:
- Depth of Processing (profundidad de procesamiento cognitivo): hace referencia a la tendencia consciente e inconsciente a procesar la información con una mayor profundidad. Esta reflexión conduce a una reacción emocional más fuerte, donde les afecta todo más.
- Overstimulation (sobreestimulación): tendencia a experimentar estados de sobreestimulación o saturación sensorial, como respuesta a la gran cantidad de estímulos que procesan y la presencia de un sistema neurosensorial más sensible de lo normal (p.ej., percibir más los detalles del entorno, estrés por los ruidos, cumplir plazos, etc.).
- Emotional Reactivity (reactividad emocional): vivencia intensa de la emocionalidad, tanto de las experiencias emocionales agradables como desagradables. Esta vivencia emocional va ligada a altos niveles de empatía.
- Sensing the Subtle (capacidad sensitiva): elevada sensibilidad a las sutilezas y cambios del entorno, tanto aquellos físicos, como comportamentales o emocionales de las personas que están a su alrededor.
Los riesgos de desatender la Alta Sensibilidad
Es necesario remarcar que la alta sensibilidad no se trata de un trastorno que se deba corregir, sino de un rasgo de personalidad que se debe atender. Sin embargo, no siempre es sencillo su diagnóstico. Podría ser que un/a niño/a altamente sensible fuera diagnosticado con anterioridad y de forma equívoca con un trastorno relacionado con la ansiedad, TDAH, autismo o incluso retraso mental. Investigaciones sobre la calidad de la crianza refieren que si la alta sensibilidad no es tratada adecuadamente pueden aumentar las probabilidades de padecer depresión y ansiedad en la etapa adulta. Además, el no atender correctamente esta situación podría llevar al aislamiento social, la incapacidad para gestionar emociones y los pensamientos persistentes.
Consejos para personas altamente sensibles
Hay personas que cuando conocen el término se comienzan a preguntar si son personas altamente sensibles (PAS) y qué formas existen para descubrirlo. Si sientes que encajas con las características descritas anteriormente, existen diferentes formas para poder explorar el rasgo:
- Hacer una revisión de tu vida para ver si en la infancia también tenías dicho perfil: cómo te percibían y definían las personas de tu entorno, cómo te sentías en comparación a otras niñas o niños, cómo recuerdas haber vivido tu mundo emocional durante tu niñez, adolescencia, adultez, etc.
- Leer e informarte acerca de este rasgo y hacer las pruebas que puedes encontrar en internet en la página de Elaine Aron: https://hsperson.com/
- Acudir a Psicoterapia Especializada en PAS, para tener a un profesional de la Salud Mental que pueda indagar contigo y delimitar si tu experiencia hace referencia al rasgo o a otros aspectos psicológicos diferentes.
Conocer el rasgo nos permite ir incorporando cambios en nuestra manera de vivir: cómo nos vemos a nosotras/os mismas/os, cómo regulamos nuestro mundo emocional, cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo. Y para ello, dejarnos acompañar es una elección que marca la diferencia.
Laura Riera López
Psicóloga Col. No B-03323