No conseguir siempre una erección o lograr mantenerla no es un problema, es algo totalmente normal y más común de lo que parece, ahora bien, la disfunción eréctil es cuando se tienen dificultades para conseguir y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales en situaciones óptimas.
Erección no es sinónimo de excitación
Un hombre puede estar excitado y no tener una erección o no poder mantenerla, o por el contrario, puede tener una erección espontánea sin estar excitado, como puede ocurrir al despertarse por las mañanas. Partiendo de esa base, hay muchos factores que intervienen, cuando no se produce una erección o no se puede mantener. Cuando no lograr una erección se torna algo frecuente es cuando se puede hablar de disfunción eréctil.
Algunos hombres atribuyen parte de su masculinidad en su desempeño sexual y en su capacidad de erección, de ahí que, en ocasiones, la pérdida de erección provoque un deterioro en la autopercepción y en la autoestima. Estos cambios son difícilmente aceptados y generan entre otras cosas, actitudes de evitación para no tener que enfrentarse a situaciones que causan malestar.
La desinformación, la escasa educación sexual recibida o educación sexual restrictiva, más el enfoque coitocentrista que hasta ahora han tenido las relaciones sexuales, han sido sin duda aspectos que han perjudicado a la aparición y mantenimiento de disfunciones sexuales como la disfunción eréctil.
Causas de la disfunción eréctil
La excitación sexual masculina es un proceso complejo que involucra al cerebro, el cual cumple una función clave en la activación de la serie de sucesos físicos que provocan una erección, empezando con la sensación de excitación sexual, pero además también están involucradas las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos. Las causas pueden ser físicas o psicológicas, y a veces, la disfunción eréctil se debe a una combinación de ambas. Por ejemplo, una enfermedad física, que hace que tu respuesta sexual sea más lenta, puede generar ansiedad con respecto a mantener una erección y esta ansiedad puede provocar o empeorar la disfunción eréctil. Por eso, es importante descartar las causas físicas antes de afirmar que el origen de la disfunción eréctil es psicológico.
Entre las causas de origen psicológico se encuentran el estrés, trastornos en el estado anímico y la ansiedad de rendimiento, siendo ésta última la causa más común de disfunción eréctil, ya que se considera como un componente principal y persistente causando una espiral de deterioro.
¿Qué es lo que realmente sucede entonces?
Los pensamientos automáticos negativos y la evaluación de la erección aumentan los niveles de ansiedad activando al sistema nervioso simpático, de manera que la sangre deja de llegar al pene y se produce la pérdida de erección debido a que el cerebro lo interpreta como una amenaza o peligro y entonces responde acorde con su interpretación.
La activación ansiosa que se produce en el momento del suceso puede no desembocar en una disfunción, pero en este caso, al activarse el sistema nervioso simpático, se pierde automáticamente la erección y la interpretación de este hecho afecta de tal modo que aumenta cada vez más la ansiedad, mientras que se sigue intentando tener una erección en vano.
Al escapar de la situación en el momento en el que la ansiedad está aún en aumento, el recuerdo se perpetúa con la creencia de incapacidad sexual, generando que en sucesivas ocasiones se inicie el acto sexual evaluando la capacidad y, de este modo, activando la ansiedad ante el rendimiento.
A largo plazo, la disfunción eréctil puede provocar una vida sexual no satisfactoria, problemas en la relación de pareja, baja autoestima e inseguridad.
La disfunción eréctil en la mayoría de casos tiene solución, por eso es importante solicitar ayuda de un/a profesional. Si necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, del mismo modo, si conoces a alguien que pudiera necesitarla, tu pareja, por ejemplo, estaremos encantados de atenderte y ayudarte, o en todo caso, de atenderos y ayudaros.
Sarah Martínez López
Psicóloga Col. N° B-03249