La ruptura amorosa o romántica es más común de lo que se piensa, y están aumentando cada vez más: por ejemplo, en España hubo un total de 86851 divorcios en 2021, un 12,5% más que el año anterior.
Los motivos que pueden llevar a romper una relación son múltiples (infidelidad, falta de confianza, aburrimiento, la aparición de una tercera persona…), y cada uno puede llevar a un proceso de superación distinto. Así, atravesar una ruptura puede ser muy complicado, sobre todo porque es un proceso al que suelen acompañar muchos cambios de rutina (por ejemplo, dejar de hablar con alguien todos los días, tener que mudarnos de nuestro propio hogar, etc.) Al final, una ruptura supone el fin de algo que llevábamos construyendo un tiempo con otra persona, por lo que supone el fin de una parte de nosotros. Sin embargo, existen distintas pautas que podemos llevar a cabo para que la etapa post-ruptura sea lo más cómoda posible.
¿Cómo nos afecta una ruptura amorosa?
Los efectos de una ruptura amorosa pueden ser varios, y dependen de si hemos sido la persona que ha tomado la decisión de romper, o la que ha sido dejada. También dependen de si la relación ha terminado de buenas formas, o tras algún evento traumático (por ejemplo, una infidelidad). Por supuesto, ambas personas compartirán ciertos sentimientos, como la sensación de soledad y de tristeza. Esto es natural, ya que una ruptura supone el fin de una etapa y, con ello, el fin de muchas rutinas.
La persona que ha tomado la decisión puede sentir cierta culpabilidad, incluso arrepentimiento. Es posible que tenga pensamientos rumiantes respecto a si ha tomado la Ilustración 1 Imagen de Portada decisión correcta, si puede volver atrás, etc. Esto le puede generar sensaciones de miedo e incertidumbre. Por su parte, la persona que ha sido dejada puede sentir rabia y resentimiento, ya que puede vivir la ruptura como una traición.
Fases de una ruptura amorosa
Se habla de distintas fases que ocurren tras una ruptura amorosa, fases que son las
mismas que ocurren en un duelo, ya que, en definitiva, una ruptura amorosa se trata de
una pérdida; sin embargo, hay que tener en cuenta que no tienen por qué ocurrir para todo
el mundo, ni de forma lineal (por ejemplo, pueden ocurrir de forma circular, repitiéndose
en el tiempo). Estas serían:
- Estado de shock: especialmente para la persona que ha sido dejada. Puede ir acompañada de una sensación de “nube mental”, de desorientación, o de negación de la realidad.
- Negociación: es toda la etapa en la que aparecen las ganas de volver con la expareja. Puede llevar a tener encuentros sexuales casuales con esta, a escribirle mensajes diciendo que se la echa de menos, etc. En especial, la persona que ha sido dejada puede tratar de convencer a la otra para que recapacite sobre su decisión. De este modo, puede a llegar a ser hasta excesiva la insistencia.
- Enfado: de nuevo, especialmente para la persona que ha sido dejada. El cerebro tiende a pensar en las cosas malas de la otra persona, todos sus defectos, para intentar suavizar el dolor y sentirse mejor.
- Tristeza y duelo: es la etapa donde se empieza a asumir la realidad de la ruptura. La pena se siente por la pérdida de la pareja, pero también por la pérdida de todos los planes futuros, así como de la autoimagen que teníamos al lado de esa persona.
- Aceptación: la última etapa corresponde a la aceptación plena de la realidad. Suele ir acompañada de nuevos proyectos; por ejemplo, las personas se pueden apuntar a nuevas actividades, empezar a salir con otras personas, etc.
¿Cuánto tiempo dura?
La duración del duelo es diferente para cada persona, por lo que no se puede hablar de tiempos concretos. Hay personas que tardan en superar una ruptura unas semanas, mientras que otras pueden tardar más de un año. Este tiempo va a depender del motivo de la ruptura, del contexto personal de cada uno, de experiencias previas, el tiempo en que se estuvo en la relación, etc.
Es importante no agobiarse con la superación, pues se trata de un duelo más, con sus ritmos, por el que hay que pasar inevitablemente. Aunque sea un proceso natural, es cierto que hay ciertas pautas que podemos seguir para acelerar o mitigar el proceso.
Pautas psicológicas para superar una ruptura amorosa
Apóyate en gente cercana: hacer planes sociales y hablar de la ruptura con amigos y familiares suele ser muy útil, pues mitiga el sentimiento de soledad y nos hace sentir acompañados.
Encuentra actividades nuevas: empezar nuevos hobbies, o dedicarles más tiempo a aquellos que ya teníamos puede ser muy útil para distraernos y reforzar nuestra autoimagen a nivel individual (reconectar con nosotros mismos).
El contacto cero puede ser útil en algunos casos: mucha gente habla del contacto cero con la expareja (desaparecer de su vida completamente, al menos durante un tiempo). Esto, sin embargo, dependerá de cada caso, según las necesidades de cada uno. Habrá personas que no quieran perder la relación con la expareja porque han terminado en buenos términos. Se trata de escucharnos a nosotros mismos, y comunicar con la otra persona para saber qué es lo mejor en cada caso. También, habrá veces en que el contacto cero no será posible, aunque se quiera, por ejemplo, cuando se tiene hijos.
Realiza aquellas cosas a las que habías renunciado: incluso en relaciones de pareja muy sanas, es posible que renunciemos a ciertas cosas (por ejemplo, que hubiéramos entrado en una rutina de acostarnos temprano para madrugar al día siguiente porque nuestra pareja lo prefería). Tratar de encontrar las cosas a las que habíamos renunciado, y llevarlas a cabo, puede ser muy liberador para tratar de encontrar ciertos beneficios ante la ruptura.
Acudir a un psicólogo: realizar terapia o acompañamiento psicológico puede ser muy útil para atravesar el duelo de la mejor forma posible. Por otro lado, también existen parejas que rompen por mutuo acuerdo, hecho que suele facilitar el proceso de separación madura y sana.
Referencias
Sprecher, S. (1994). Two sides to the breakup of dating relationships. Personal relationships, 1(3), 199-222.
Sprecher, S., Felmlee, D., Metts, S., Fehr, B., & Vanni, D. (1998). Factors associated with distress following the breakup of a close relationship. Journal of Social and Personal Relationships, 15(6), 791-809.
Xavi Ponseti
Col. Nº B-03138