Todas las personas tenemos autoestima, de hecho, hablamos de ella con mucha frecuencia y, en mayor o menor medida, sabemos identificar si es alta o es baja. Las dificultades principales se dan cuando, aun identificando que no tenemos una autoestima alta, no sabemos qué hacer para cambiarla y/o mejorarla. En este blog encontrarás algunas respuestas que pueden ayudarte a entender cómo es tu autoestima, por qué es así y qué puedes hacer para mejorarla, en caso de necesitarlo.
¿Qué es la autoestima?
Para responder a ello, primero debemos hacer mención al autoconcepto, para entender que lo que percibimos que somos y lo que sentimos hacia lo que percibimos que somos, no es exactamente lo mismo.
El autoconcepto es la idea que una persona tiene de sí misma. Es la parte descriptiva, es decir, son las características que nos atribuimos a nosotros/as mismos/as, que nos ayudan a definirnos y a establecer nuestra propia identidad que nos diferencia del resto. Por ejemplo, decir que soy moreno/a, alto/a, inteligente y hablador/a; esto describe cómo yo pienso que soy sin hacer ningún juicio de valor.
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros/as mismos/as. Es la parte afectiva, es decir, nos valoramos en función de cómo nos juzgamos, si apreciamos o no las características que nos atribuímos. Por ejemplo, ante la descripción de “soy hablador/a”, puedo pensar que ser hablador/a es algo negativo ya que significa ser pesado/a y molestar a los demás en muchas ocasiones; por tanto mi autoestima se verá afectada porque no me gusto. Por el contrario, puedo pensar que ser hablador/a es algo positivo ya que me ayuda a conocer gente y hacer amistades; por lo tanto, me gusta cómo soy y eso refleja una buena autoestima.
Dependiendo del autoconcepto que tengamos y de la valoración que hagamos de él, nuestra autoestima se verá afectada hacia un lado u otro.
Para juzgar si algo es positivo o negativo, en muchas ocasiones nos basamos en los propios pensamientos o ideas que hacen referencia a uno/a mismo/a, pero en ocasiones, para juzgarnos nosotros/as mismos/as no nos basamos en nuestros pensamientos o ideas sino en otros factores que veremos a continuación.
¿Qué influye en que mi autoestima sea baja?
Son diversos los factores que pueden afectar a que nuestra autoestima sea de una forma u otra. Tener la autoestima baja significa que una persona no se gusta o se considera de forma global como una persona no válida, se rechaza y no se acepta en parte o totalmente. Los factores que influyen en nuestra autoestima son:
- Educación e implicación familiar. Desde que somos pequeños/as aprendemos a valorarnos de una u otra manera, en función de las relaciones que tenemos con nuestros progenitores/as y/o cuidadores/as. Por ejemplo, si mi padre y/o madre ha/n sido muy sobreprotector/es, es posible que crezca pensando que por mí mismo/a no puedo hacer las cosas y necesito ayuda y valoración de otras personas para poder hacerlas bien. O si de pequeño/a aprendí que puedo equivocarme y que no hay nada de malo en ello pero debo aprender a hacerlo por mí mismo/a, es más probable que crezca sintiéndome seguro/a.
- Nuestra historia de vida. La mayoría de creencias que tenemos acerca de nosotros/as mismos/as vendrán determinados por las experiencias que hemos tenido. Las experiencias que nos pueden afectar a la hora de desarrollar nuestra autoestima son algunas como, por ejemplo, recibir castigos sistemáticos, no recibir los cuidados básicos o la atención necesaria, tener ausencia de recompensas cotidianas o pertenecer a una familia o a un grupo social que sufre prejuicios, entre otras.
- Entorno social. El hecho de vivir en sociedad y rodearnos de otras personas puede influirnos a la hora de desarrollar nuestra autoestima, tanto como referentes donde encontrar su aprobación para sentirnos bien, como a la hora de hacer comparaciones. Aquí es donde entra el “me importa qué piensan o pensarán de mí” y eso determinará que yo me guste más o menos, ya sea por lo que realmente piensen o digan de mí, como por la interpretación que yo haga de lo que creo que puedan estar pensando (corresponda o no con la realidad, que vendrá determinada por mi historia de vida).
- El modelo de sociedad. Nuestra sociedad se basa en unos valores y modelos que “debemos cumplir” y que, a priori, determinan qué conductas o qué formas de ser son las deseables y muchas veces pensamos que debemos alcanzarlas para ser felices. Por ejemplo, a nivel físico está bien visto ser delgado/a y tener un físico estándar para ser deseable. Si cumplimos con estas características es más probable que nos sintamos bien con nosotros/as mismos/as; si no las cumplimos, es posible que intentemos entrar en esos cánones de belleza que se han establecido como deseables y si no entramos, tal vez nos sentiremos a disgusto. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, aunque las modas o la sociedad nos marquen determinadas formas como adecuadas, podemos cuestionárnoslas y valorar si realmente es lo que quiero o no para mí. La cultura varía, por tanto, lo que yo pienso de mí también se puede modificar. De hecho, a veces, cuanto más intentamos alcanzar ese “ideal” peor nos sentimos con nosotros/as mismos/as, porque no es lo que realmente queremos o nos va bien.
¿Cómo influye mi autoestima en mi funcionamiento?
Son diversas las consecuencias de tener una baja autoestima, como pueden ser:
- Tener sentimientos de inseguridad, de incapacidad y emociones negativas. El hecho de tener un concepto negativo de uno/a mismo/a hace que nos sintamos inseguros/as de nosotros/as mismo/as y pensemos que no somos capaces de hacer muchas de las cosas que querríamos. Esto puede desembocar en sentimientos y emociones negativas, así como un bajo estado de ánimo. Como por ejemplo, sentir que no voy a lograr nada de lo que me proponga, y si lo logro sentiré que ha sido por suerte o logro de otras personas, no mío; sentir que los/as demás son mejores que yo; no sentirme atractivo/a; sentir que no soy interesante y no tengo mucho que aportar…
- Perturbar nuestra ejecución. Cuando nos enfrentamos a situaciones de la vida cotidiana como hablar con otra persona o hacer un examen, podemos obtener peor resultado si nuestra autoestima en esta área no es buena. Por ejemplo, si creemos que somos torpes en nuestras relaciones sociales, cuando vayamos a mantener una conversación pueden venirnos a la cabeza pensamientos como “le aburriré” o “se dará cuenta de que estoy nervioso/a y haré el ridículo”, lo cual probablemente haga que nuestra ejecución sea peor (confirmando nuestra creencia inicial). Es decir, puedo sentirme evaluado/a en situaciones sociales, como si de un examen se tratase.
- Evitación. También es posible que para no arriesgarnos a que nos juzguen o a juzgarnos negativamente, evitemos cualquiera de estas situaciones. Esto restringirá cada vez más nuestra vida y, de forma acumulativa, nos será más difícil volver atrás. Como por ejemplo, no tomar decisiones por miedo a equivocarnos; no expresar gustos u opiniones por miedo a ser rechazado/a; no decir lo que pienso por miedo a hacer el ridículo; no mostrar desacuerdo por miedo a no encajar; no poner límites a los demás por miedo a que me dejen de lado o se enfaden conmigo; evitar situaciones porque me sentiré mal…
Las consecuencias de tener una baja autoestima pueden influir en nuestro funcionamiento habitual, en las relaciones sociales, familiares y de pareja; en el ámbito laboral, en los estudios, en la relación que tengo conmigo mismo/a… Esto puede llevarnos así a tener emociones negativas todos o casi todos los días y, por tanto, a no sentirme feliz.
¿Qué es tener una buena autoestima?
Cuando hablamos de tener una buena autoestima hacemos referencia a una autoestima sana. No hablamos de tenerla alta o elevada como tal, sino de sentirnos bien con nosotros/as mismos/as, valorarnos, querernos y respetarnos. Por ello, es importante no confundirlo con ser egocéntrico/a (yo soy lo más importante y lo que hago o digo es más importante que lo que dicen o hacen los/as demás), ni ser narcisista (yo soy mejor que los demás y mis cualidades son las mejores, por encima de cualquier otra persona).
Una persona con buena autoestima sabe que es capaz de hacer bien muchas cosas y es consciente de cuáles puede mejorar. Se siente bien consigo misma, sabe expresar su opinión, sabe identificar sus emociones y expresar sus sentimientos; se vale por sí misma ante las dificultades, pero sabe pedir ayuda cuando la necesita. Una persona con buena autoestima sabe que no puede saberlo todo y no tiene miedo a preguntar, defiende su posición ante los demás, con respeto; es responsable de sus actos y conoce sus cualidades e intenta sobreponerse a sus defectos, tiene relaciones estables y sanas, y sabe poner límites, entre otras características.
En resumen, una persona con una buena autoestima tiene un buen concepto de sí misma, se respeta y respeta a los demás, se valora y valora a los demás, y se quiere, se habla con cariño y se mima, y tiene buenas habilidades de comunicación.
¿Qué puedo hacer para tener una buena autoestima?
Lo primero que debemos tener en cuenta es cómo nos definimos, cómo es ese autoconcepto que tenemos y cómo nos valoramos. Solemos tener ideas o creencias irracionales o distorsionadas de nosotros/as mismos/as, por eso es importante conocernos y saber cómo nos identificamos, y si eso que yo creo que soy se corresponde con la realidad o no.
Por tanto, después de definirnos y conocernos, deberemos cambiar nuestras creencias o pensamientos irracionales hacia lo que somos, aquello que nos hace sentir mal y hace que no nos queramos. Por ejemplo, si creo que no soy tan válido/a como los demás o que ser bajito/a es algo malo.
Cuando ajustamos lo que somos de manera objetiva, trabajamos la aceptación de eso que somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos; e intentamos cambiar aquello que realmente sea posible cambiar para poder sentirnos a gusto con nosotros/as mismos/as.
El vocabulario con el que nos hablamos también juega un papel importante en nuestra autoestima. Sentiremos cosas negativas hacia nosotros/as por lo que hacemos o decimos, evidentemente, pero es importante tener en cuenta que lo que hacemos o decimos no siempre corresponde con lo que somos, por tanto, hablarnos mal o con dureza no nos hace querernos bien, sino todo lo contrario.
Hacer cosas placenteras, cosas que nos gustan, dedicarle tiempo de nuestro día a aquello que nos hace sentir bien, es fundamental. Por ejemplo, hacer deporte, salir con los/as amigos/as, tener un hobby, dedicar el tiempo que queramos a desayunar, estar 5 minutos más bajo el agua caliente de la ducha, etc. Es decir, permitirnos tiempo para hacer algo agradable, que nos reconforte, mimarnos, dedicarnos tiempo a disfrutar de las pequeñas y grandes cosas, es beneficioso para nuestra autoestima.
¿Por qué es importante trabajar la autoestima?
Como hemos visto, el hecho de tener una baja autoestima puede determinar cómo nos comportaremos en cualquier área de nuestra vida y cómo, en definitiva, nos sentiremos con nosotros/as mismos/as.
Es por ello que mejorarla nos puede aportar muchos beneficios, en muchas áreas de nuestra vida, como los siguientes:
- Mejora nuestro estado de ánimo y nuestro bienestar general.
- Nos previene de desarrollar algunas patologías (ansiedad, depresión, dependencia emocional, etc.), es decir, es un factor de protección.
- Puede tener consecuencias positivas en otros ámbitos de mi vida, por ejemplo, tener relaciones sociales y/o de pareja saludables, buscar una mejora de mis condiciones laborales, entre otros.
- Nos ayuda a autocuidarnos, por tanto, a funcionar en pro de nuestros derechos.
- Mejora el respeto que tenemos hacia nosotros/as mismos/as y, en consecuencia, a hacernos respetar.
- Nos ayuda a conseguir metas y afrontar los fracasos de forma más saludable.
- Nos ayuda a potenciar nuestras habilidades y conocer nuestras limitaciones.
El objetivo final de tener una buena autoestima es el de conocerme, entenderme y aceptarme, para poder sentirme bien conmigo/a mismo/a y poder desenvolverme sanamente en mi entorno. La autoestima es algo que debemos cultivar siempre, porque ésta puede verse dañada por los acontecimientos vitales, por tanto, es algo que trabajaremos y cuidaremos el resto de nuestra vida.
Si sientes que tu autoestima es baja o te sientes mal por cómo te valoras a ti mismo/a, si crees que tus cualidades no son buenas o sientes inseguridades de forma continuada, o simplemente crees que te gustaría mejorar tu autoestima, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.